Que haga cada momento especial. Que haya aparecido en tus sueños desde que tienes conciencia de ellos. Que se niegue a afrontar la fría realidad y prefiera vivir en un mundo imaginario donde las nubes son blancos conejos que surcan el cielo. Que encienda una pequeña luz en el alma de todas las personas que le rodean, luces que en conjunto dan algo más que luz a la oscuridad de los días. Que tenga aficiones absurdamente geniales. Que no intente ser diferente, y aún así, sea totalmente distinto al resto. Que te bese en la frontera entre la mejilla y la boca, el cuello, y por último el párpado. Que te pida que repitas la misma secuencia de besos. Que se levante con una ilusionante sonrisa por las mañanas. Que no ponga las cosas fáciles. Que haga de la vida una serie infinita de jueguecitos "tontos" que al final serán lo más valioso de tus días, los que mantengan viva la ilusión y rompan la monotonía. Que sea un enigma constante, y que sepas que jamás llegarás a conocerlo del todo. Que te moleste el no poder saber por donde te va a salir en cada momento, pero que no desees otra cosa que pasar otro día más con el para ver con que te puede sorprender. Que no le guste bailar, pero que adore la música. Que sus pupilas se fundan con las tuyas y se pierda el uno en la mirada del otro mientras, de fondo, el aire se rompe con una suave melodía de acordeón y piano. Que prepare dulces pasteles. Que te acompañe a hacer rebotar piedras en cualquier charco, o a romper ventanas de fábricas abandonadas.Pero, sobre todo, que tenga la certeza de que el resto del mundo sobra cuando las dos piezas encajan ya a la perfección.
"Ya no tengo miedo de que no aparezca esa persona, porque aunque nunca la he visto, ahora voy a creer saber que existe...
wow que entrada, apetece decir tanto y a la vez no decir nada para no subestimarlo. Me gusta mucho el blog, seriamente decidido.
ResponderEliminarUnbeso.