Señora de las 2 décadas...


Tengo 20 años y el fantasma de la vida que imaginaba cuando iba a primer grado me persigue y me hace reír de vez en cuando.

A los veinte sería casi una señorota. Con planes de recibirme, trabajar, casarme y vivir felíz y contenta (y enamorada, siempre enamorada). Faltaba una eternidad, digna comparación con un siglo para saber lo que se sentía. Ni siquiera podía sospechar cómo sería mi cuerpo a esa edad. Me imaginaba inmensa. Tener veinte era el gran salto, pasar de la rebeldía a convertirme en una adulta. Una cosa impensable.

"¿Cómo será la gente que conozco?", me preguntaba. Era como darle a mi mundo un giro de 180º, todo sería distinto cuando cruzara la línea de la veintena.

Hoy me acuerdo y me agarran convulsiones. Mi vida sigue siendo la misma, incluso no noto cambios en mi cuerpo que parece haberse estancado en el Baggio de 250ml.

Voy deambulando en una mezcla extraña entre Letras y Comunicación Social, y todavía persigo el sueño de publicar un libro o vivir de las columnas y las redacciones.

En mi casa sigo siendo Angie, Angelito, Totó. Charlatana pero sumisa, con un carácter que explota cuando quiere. Como siempre, la misma.

Lo que me hizo un clic en toda esta novela fue una conversación que me dejó rearmando las ideas que se me cruzaban:

-Tengo apenas 20 años y sufrí varias veces por amor. Me da terror conocer a alguien nuevo.

-Sufrir por amor significa que el amor pasó bien cerquita tuyo y hasta, incluso, llegó a tocarte. Yo tengo 20 años y todavía no sé lo que es.


Creo que cuando nos ahogamos en un vaso de agua siempre aparecen las respuestas que nos hacen reflexionar. Veinte años parecen ser una eternidad. Para algunos es apenas el comienzo.


*Próximamente comenzaré a publicar mi proyecto, espero que les guste.



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